
La naturalización de la brutalidad: cuando la ley del más fuerte se disfraza de normalidad
La creciente aceptación social de la violencia como forma legítima de imponer ideas y silenciar disidencias constituye una peligrosa regresión que erosiona el pacto democrático, normaliza la impunidad estatal y privada, y socava los principios universales de los derechos humanos al reinstalar la ley del más fuerte como árbitro de la convivencia.