El gremio ATE y su lucha silenciosa con el gobierno por el IPC

La liberación de los precios de los combustibles en la era libertaria de Javier Milei impacta en la inflación y en el costo de vida, pero también es un juego de oportunidades para la provincia de Neuquén. Si el petróleo sube a nivel internacional, se engrosan las cuentas provinciales, sin el tope del “barril criollo”.

Es una oportunidad que aprovechan de ambos lado del tironeo de la soga, entre el gobernador Rolando Figueroa y los gremios, en especial ATE que tiene poder de fuego y oídos en todas oficinas públicas.

La pelea es golpe por golpe, en una estrategia que puede terminar en un desfalco en las cuentas públicas o la calle incendiada. Esos son los escenarios más extremos, aunque hay un punto medio: hilar fino sobre los números del presupuesto 2024 e instalar un ganar-ganar entre los dos bandos.

Esto es lo que se quiere buscar en estos meses, ante de que venza el contrato de actualización de sueldos por IPC, que ya se difunde como “impagable” puertas adentro del estado neuquino.

Oídos de ATE en todas las oficinas públicas

En ATE no son improvisados. Tienen oídos en cada oficina del estado neuquino y un equipo gigante de contadores que, de alguna manera, atienden de los dos lados del mostrador de la provincia.

Creen que la combinación del ajuste y el achique que quiere hacer Figueroa del estado (que aún no se toma dimensión), los récords de producción de gas y petróleo y otra eventual devaluación del peso, podría beneficiar al escenario de continuidad del IPC.

Rolando Figueroa tiene que llegar a un buen acuerdo con los gremios como ATE 

El gremio estudia en el silencio de un verano caliente las cuentas ejecutadas en 2023 y las proyecciones del presupuesto 2024. El salto del dólar en diciembre a 800 pesos dio un respiro que duplicó las regalías que se liquidaban con un dólar a 363 pesos.

No se sabe del plan económico de Milei en marzo, pero otro salto devaluatorio pondría a la provincia en una situación de volver a mejorar los ingresos, aunque con proyecciones de sueldos siderales.

Cada uno tiene su caballito de batalla. El de ATE es el IPC que dice defenderá hasta en la calle. No solo lo cobran los trabajadores, sino los cargos de conducción que están haciendo fortunas.

El gobierno amaga con achiques y mide los tiempos, el de la inflación y los ingresos, pero no quiere entrar en una innecesaria pelea gremial que podría desgastarlo.

lmneuquen