“Argentina sangra de inequidad”: fuerte mensaje de la Iglesia ante Milei en el Tedeum del 25 de Mayo

En un 25 de Mayo cargado de simbolismo y tensión política, el tradicional Tedeum celebrado en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires se convirtió este año en el escenario de una de las críticas más duras al rumbo del Gobierno nacional desde que Javier Milei asumió la presidencia. El encargado de pronunciarla fue el arzobispo porteño Jorge García Cuerva, quien, ante la presencia del presidente y su gabinete, expresó con crudeza: “Argentina sangra”.

ACTUALIDAD25/05/2025NeuquenNewsNeuquenNews
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En su homilía, García Cuerva, conocido por su cercanía a los sectores vulnerables y por su firmeza en cuestiones sociales, advirtió sobre el deterioro de la fraternidad y el respeto social en el país. "Se está muriendo la fraternidad, la tolerancia, el respeto. Tantos hermanos que sufren la marginalidad y la exclusión", sostuvo, y apuntó directamente a la situación de los jubilados, los jóvenes atrapados por el narcotráfico y los pobres.

Un llamado al diálogo en medio del ajuste
El mensaje del arzobispo llega en un contexto de fuerte ajuste fiscal por parte del Gobierno. Desde diciembre de 2023, Milei impulsa un programa de recorte del gasto público que ha golpeado de lleno a los sectores más vulnerables, incluyendo a los jubilados, quienes continúan reclamando en las calles con movilizaciones semanales. García Cuerva hizo eco de ese sufrimiento:

"Los jubilados merecen una vida digna, con acceso a los remedios y la alimentación. Es una herida que sangra hace años, pero que como sociedad tenemos que curar pronto. ¿Cuántas generaciones más deberán reclamar por una jubilación digna?", preguntó.

Redes sociales, agresión y grieta
Otro de los puntos centrales del sermón fue la crítica al lenguaje de odio y descalificación que se ha vuelto moneda corriente, especialmente en las redes sociales.

"Hemos pasado todos los límites. La descalificación, la agresión constante, el destrato, la difamación parecen moneda corriente", sentenció el arzobispo.
Sin mencionarlo directamente, García Cuerva apuntó a un estilo de comunicación que el propio Gobierno ha adoptado de manera habitual. Diversos funcionarios y cuentas oficiales han calificado públicamente a opositores, periodistas y analistas como “mandriles”, “degenerados”, “infradotados” o incluso con términos discriminatorios más graves, en una escalada de confrontación permanente.

El clima político en el acto
El clima dentro de la catedral fue tenso. Milei evitó saludar al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, y a la vicepresidenta Victoria Villarruel, con quienes mantiene diferencias políticas cada vez más visibles. Esa actitud fue también leída como un gesto de aislamiento institucional en un día que históricamente convoca a la unidad.

García Cuerva cerró su mensaje con un llamado explícito a frenar la violencia simbólica y verbal, y a construir un nuevo pacto social:

"Tenemos necesidad de diálogo, de formar la cultura del encuentro. No podemos construir una Nación desde la guerra entre nosotros. Todo acto de violencia es condenable y quiebra el tejido social", concluyó.

Una señal en un día histórico
El 25 de Mayo conmemora el inicio del proceso emancipador argentino, un momento fundacional de la política nacional. Que en ese contexto la Iglesia haya pronunciado un mensaje tan crítico ante el presidente en ejercicio, no pasa desapercibido. Como alguna vez lo hizo el entonces cardenal Jorge Bergoglio, el arzobispo García Cuerva dejó en claro que el rol de la Iglesia no es callar ante el sufrimiento del pueblo.

El mensaje fue claro: en un país que conmemora la revolución que dio origen a su libertad, no puede haber libertad sin justicia, ni república sin fraternidad.

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