Reino Unido congela lazos con Israel ante la catástrofe humanitaria en Gaza: una condena sin precedentes

El canciller británico David Lammy suspendió las negociaciones de libre comercio con Israel y denunció como “repugnantes y monstruosos” los planes de expulsar palestinos de Gaza. La crisis humanitaria, el bloqueo de ayuda y los bombardeos desataron una ola de indignación en el Parlamento británico. Se impusieron nuevas sanciones y se exige el fin del bloqueo.

INTERNACIONALES21/05/2025NeuquenNewsNeuquenNews

Las relaciones diplomáticas entre el Reino Unido e Israel se encuentran en su punto más bajo en décadas. El canciller británico David Lammy anunció la suspensión de las negociaciones sobre un nuevo acuerdo de libre comercio y condenó abiertamente las acciones del gobierno israelí en Gaza, señalando que estas constituyen una violación grave de los valores compartidos y una afrenta al derecho internacional humanitario.

Con un tono poco habitual en la diplomacia británica, Lammy denunció los dichos de ministros israelíes que hablaron de “purificar Gaza” expulsando a la población palestina, calificándolos de “monstruosos, extremistas y repugnantes”. Para Lammy, el rumbo actual del gobierno de Benjamin Netanyahu “entra en una fase oscura” que no sólo multiplica el sufrimiento humano, sino que además aísla cada vez más a Israel de sus aliados.

Catástrofe en Gaza y sanciones
La preocupación humanitaria fue el eje de la intervención del canciller en la Cámara de los Comunes. Denunció que Israel bloquea deliberadamente la entrada de ayuda humanitaria mientras cientos de miles de palestinos enfrentan una inminente hambruna. “Menos de 10 camiones entraron ayer a Gaza, cuando la ONU tiene más de 9.000 esperando del otro lado de la frontera”, advirtió, y recordó que la Organización Mundial de la Salud y la ONU han emitido severas advertencias sobre la situación.

Lammy subrayó que “crear una catástrofe humanitaria no traerá a los rehenes a casa” y denunció que la ofensiva israelí es “moralmente injustificable, totalmente desproporcionada y absolutamente contraproducente”. Hizo un llamado a detener el plan militar y levantar inmediatamente el bloqueo, en lo que calificó como un “momento de quiebre moral” en la relación bilateral.

El Reino Unido, en respuesta, impuso nuevas sanciones contra colonos israelíes extremistas y empresas implicadas en violaciones de derechos humanos en Cisjordania. Entre los sancionados se encuentran la influyente colona Daniella Weiss, conocida por sus declaraciones radicales, y figuras vinculadas a ataques a civiles palestinos. También se incluyeron entidades como Libi Construction and Infrastructure Ltd y varios asentamientos ilegales.

División política y reclamos más duros
La reacción en el Parlamento fue contundente. Varios diputados, tanto del Partido Laborista como del Conservador, consideraron que la suspensión del acuerdo comercial es una medida simbólica insuficiente. Se escucharon gritos de “¡genocidio!” durante el discurso de Lammy y pedidos concretos para:

  • Detener la exportación de armas a Israel,
  • Reconocer oficialmente al Estado de Palestina,
  • Aplicar un embargo total al comercio con Israel.

La bancada exigió pasar de la indignación a la acción. “¿Vamos a esperar que haya que suplicar por la vida de esos niños palestinos antes de actuar?”, preguntó el exministro conservador Kit Malthouse. Aunque Lammy aseguró que se contemplan nuevas medidas “en coordinación con aliados”, muchos consideran que la respuesta aún no está a la altura de la crisis.

Reacción de Israel: acusaciones de “obsesión antiisraelí”
El gobierno israelí respondió con dureza. El portavoz de su cancillería, Oren Marmorstein, acusó al Reino Unido de actuar movido por una “obsesión antiisraelí” y afirmó que las sanciones perjudicarán más a la economía británica que a Israel. “La presión externa no desviará a Israel de su camino”, declaró, reiterando que la ofensiva busca eliminar a Hamás y liberar rehenes.

La embajadora israelí en Londres, Tzipi Hotovely, será convocada oficialmente por el gobierno británico para exigirle explicaciones y exigir el cese inmediato del ataque.

La presión internacional crece
Simultáneamente, la Unión Europea también comenzó a revisar su acuerdo comercial con Israel, a propuesta del canciller neerlandés Caspar Veldkamp. La medida fue apoyada por 17 de los 27 países del bloque, un indicio del creciente aislamiento diplomático del gobierno de Netanyahu. La UE es el principal socio comercial de Israel, lo que eleva el peso potencial de una revisión de acuerdos en términos económicos.

Una encrucijada ética
“Como amigo de Israel de toda la vida, me duele profundamente ver cómo su gobierno socava los intereses de su propio pueblo y la imagen del Estado de Israel en el mundo”, confesó Lammy con tono personal. Aunque reconoció el derecho de Israel a defenderse tras el atentado del 7 de octubre de 2023, afirmó que “la manera en que se está desarrollando esta guerra traiciona los principios fundamentales del derecho humanitario”.

Grito moral
La suspensión de los acuerdos comerciales entre el Reino Unido e Israel marca un punto de inflexión. No se trata solo de un gesto político, sino de un grito moral frente a una catástrofe humanitaria en curso. Los pueblos de Gaza no pueden seguir siendo rehenes de una lógica de castigo colectivo que viola todos los tratados internacionales. El mensaje desde Londres fue claro: la amistad entre Estados no puede estar por encima del respeto por la vida humana.

La pregunta ahora es si Israel escuchará el lamento de uno de sus más antiguos y firmes amigos, o si optará por seguir su camino solitario hacia la ruina moral.

Fuente: The Guardian

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