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Lunes en Neuquén, y el viento que continúa, un fenómeno eterno que no se va

Llega la estación de las flores e inevitablemente arrancan las ráfagas, mientras nieve en la cordillera como si fuera invierno. Un fenómeno de todos los años

ACTUALIDAD23/09/2024Neuquén NoticiasNeuquén Noticias
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Viento

Que el viento eterno de Neuquén siempre arruinó las llegadas de la primavera no es novedad. Basta con haber vivido algunas décadas en esta ciudad para recordar cuántos 21 de septiembre arrancaron con vendavales que frustraron -vaya uno a saber cuántos- festejos del Día del Estudiante.

Y así comenzó la nueva estación en el Alto Valle. Con ráfagas fuertes y tiempo inestable que hace pensar que la primavera en este rincón de la Patagonia será tan impredecible como tantas que pasaron.
Dice el pronóstico que los vientos seguirán presentes en la semana que se inicia, aunque con menor intensidad. Y que se mantendrá la amplitud térmica con mínimas bajas durante la mañana y máximas que permitirán tardes más placenteras.
 
El viento, el clima y el Fenómeno de la Niña

Lo que es una incógnita todavía no revelada es como seguirá el tiempo en los tres meses de esta nueva estación y -mucho menos- qué clase de verano tendremos en Neuquén y alrededores, teniendo en cuenta los fenómenos del Niño y la Niña (muy en boca de todos en los últimos años) y cuál de ellos prevalecerá por sobre el otro.

Viento en zapala

De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), este año se está produciendo una transición hacia La Niña, que se instauraría en la primavera dejando lluvias por debajo de lo normal en algunas zonas del centro del país lo que podría revivir los recientes fantasmas de sequía que por años afectaron a distintas regiones.

En la Patagonia (especialmente en Neuquén) ese problema no sería tan grave teniendo en cuenta las abundantes lluvias y nevadas que cayeron en el invierno (y todavía siguen en la cordillera) para garantizar el agua durante el verano tanto para el consumo, el esparcimiento o la generación de energía eléctrica.

De lo que es seguro (o más que probable) es que los que vivimos en este rincón patagónico no zafemos de los vientos eternos, esos que llegan con fuerza, fastidian y no se van hasta que termine la primavera.

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