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¿Sabías que Argentina tuvo un emperador durante menos de dos meses?

En 1820, David Jewett, un marino estadounidense al servicio de las Provincias Unidas del Río de la Plata, se autoproclamó "Emperador" de la Isla Martín García. Su intento fue efímero, y el gobierno de Buenos Aires nunca lo reconoció como tal. Este episodio pintoresco refleja la inestabilidad de la época tras la independencia.

ACTUALIDAD - CULTURA02/10/2024NeuquenNewsNeuquenNews
David Jewett
David Jewett

En 1820, en plena época de convulsión política y territorial tras la independencia de España, Argentina vivió un episodio pintoresco y poco conocido: la autoproclamación de un "emperador" en la Isla Martín García. Este curioso suceso involucra a David Jewett, un marino mercenario estadounidense que había llegado al Río de la Plata al servicio de las Provincias Unidas.

David Jewett, nacido en Connecticut en 1772, era un experimentado capitán de mar que participó en varias guerras, incluyendo la Revolución Francesa y la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. A inicios del siglo XIX, Jewett se encontraba en Sudamérica al mando de la fragata "Heroína", un barco contratado por el gobierno de Buenos Aires para combatir contra las fuerzas españolas que todavía resistían en algunas áreas del continente.

El contexto: caos en la joven Argentina

En 1820, Argentina era un territorio fragmentado y conflictivo, sumido en luchas entre las provincias y el gobierno central. La guerra civil entre unitarios y federales y las tensiones internas hicieron que el control del territorio fuera inestable. En ese contexto, la Isla Martín García, un pequeño pero estratégico islote en la desembocadura del Río de la Plata, adquirió importancia para el control de la navegación y la defensa.

La fragata "Heroína" de Jewett fue enviada en una misión para asegurar la isla y protegerla de posibles incursiones españolas. Sin embargo, una vez allí, Jewett decidió tomar un rumbo inesperado y autoproclamarse "Emperador" de la isla en un acto de soberanía personal que nadie le había conferido. Durante un breve periodo que duró menos de dos meses, Jewett ejerció un gobierno autodeclarado, sin recibir ningún tipo de respaldo oficial por parte del gobierno de Buenos Aires.

¿Un verdadero emperador?

Aunque su título de "emperador" fue más simbólico que real, el hecho de que un extranjero se proclamara soberano de una porción del territorio en nombre propio es un testimonio de la inestabilidad y falta de control que prevalecía en la región. La autoproclamación de Jewett no tuvo repercusiones internacionales ni internas significativas, y el gobierno de Buenos Aires nunca reconoció su autoridad. La falta de legitimidad de su proclamación, sumada a la corta duración de su "reinado", hizo que este episodio fuera rápidamente olvidado.

Sin embargo, Jewett continuó desempeñando un papel en los asuntos regionales. Más tarde, en 1821, estuvo involucrado en otro momento clave de la historia argentina: la toma de posesión formal de las Islas Malvinas en nombre de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Jewett izó la bandera argentina en las islas, reclamándolas oficialmente para el país, en lo que fue uno de los primeros actos de soberanía sobre las Malvinas.

Un reflejo de la época

El breve "imperio" de Jewett en la Isla Martín García es un recordatorio de la agitación política de la Argentina post-independencia, cuando figuras extranjeras y locales intentaban aprovechar los vacíos de poder y la falta de una autoridad central consolidada. Este tipo de episodios pintorescos, si bien no tienen un impacto duradero en la historia oficial, revelan las complejidades y el caos de la construcción de una nación joven que todavía buscaba definir sus fronteras, su gobierno y su identidad.

Hoy en día, la Isla Martín García sigue siendo un lugar de interés histórico y geográfico, recordando estos episodios olvidados que alguna vez formaron parte del rico mosaico de la historia argentina.

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