
El sábado llega con una energía de renovación, descanso activo y conexión interior. Es un día ideal para equilibrar cuerpo y mente, disfrutar de los afectos y poner en orden lo emocional. La influencia astral favorece la introspección, la gratitud y las actividades que alimentan el alma: desde una caminata tranquila hasta un encuentro familiar o un momento de silencio personal. Es tiempo de bajar el ritmo, pero no de detenerse; el sábado trae la oportunidad de resetear la energía.















