Qué significa que no te gusten los abrazos, según la psicología

La tendencia a aceptar o rechazar el contacto físico depende, en gran medida, de las experiencias vividas en la infancia

ACTUALIDAD27/12/2024Neuquén NoticiasNeuquén Noticias
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Los abrazos son, para muchos, una de las formas más reconfortantes del contacto humano. Un abrazo tiene varios significados, y puede transmitir apoyo, amor o simplemente un momento de conexión emocional. Sin embargo, no a todas las personas les gusta esta expresión de afecto físico.

Qué significa que no te gusten los abrazos

Para algunos, los abrazos pueden ser incómodos o incluso indeseados, y esto no siempre está relacionado con una falta de afecto hacia los demás. Según la psicología, las razones detrás de esta preferencia pueden estar vinculadas a experiencias infantiles, aspectos culturales y factores biológicos.

Suzanne Degges-White, profesora de la Universidad de Northern Illinois, explica que la tendencia a aceptar o rechazar el contacto físico depende en gran medida de las experiencias vividas en la infancia. Si una persona creció en un entorno donde los abrazos y otras formas de afecto físico eran comunes, es más probable que desarrolle una inclinación similar en la adultez.

Por el contrario, quienes crecieron en familias menos afectuosas físicamente podrían sentirse incómodos con los abrazos. Sin embargo, esto no es una regla universal: algunas personas criadas sin contacto físico desarrollan una necesidad de compensarlo abrazando más en su vida adulta.

Agrega que la autoestima también juega un papel importante en la aceptación o rechazo de los abrazos. Como que, las personas con niveles más altos de autoestima tienden a sentirse más cómodas con el contacto físico, mientras que quienes experimentan ansiedad social suelen evitarlo. A esto se suma el factor cultural: en algunas culturas, los abrazos son una norma social, mientras que, en otras, el contacto físico es más reservado.

Para Darcia Narváez, profesora de la Universidad de Notre Dame, la ausencia de contacto físico puede influir en el desarrollo del nervio vago, una estructura clave en la regulación emocional y la compasión. Además, puede llevar a un sistema de oxitocina subdesarrollado, dificultando la capacidad de formar vínculos profundos con otras personas.

La oxitocina, conocida como la “hormona del amor”, es fundamental para la conexión emocional. Es decir que, la falta de contacto físico durante la infancia también puede tener efectos más profundos.

Si conoces a alguien que no le gusten los abrazos

Los expertos recomiendan respetar los límites personales. Si sabes que alguien puede sentirse incómodo, es mejor evitar abrazarlo. Prestar atención al lenguaje corporal también puede ser clave: si alguien extiende la mano o se aparta ligeramente, es señal de que prefiere otro tipo de interacción.

Finalmente, aunque los abrazos tienen beneficios comprobados, como aliviar el estrés y fortalecer el sistema inmunológico, no son esenciales para todas las relaciones. Por lo que respetar las preferencias personales es fundamental para construir vínculos auténticos y respetuosos.

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