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Día Mundial del Agua: Agua y cambio climático

Los responsables de las políticas climáticas deben poner el agua en el centro de sus planes de acción . La gestión sostenible del agua ayuda a la sociedad a adaptarse al cambio climático generando resiliencia, protegiendo la salud y salvando vidas. También mitiga el cambio climático al proteger los ecosistemas y reducir las emisiones de carbono provenientes del transporte y tratamiento del agua y el saneamiento.

MEDIO AMBIENTE22/03/2024NeuquenNewsNeuquenNews
DIA-MUNDIAL-DEL-AGUA-2024
Día Mundial del Agua

El cambio climático es principalmente una crisis del agua. Sentimos sus impactos a través del empeoramiento de las inundaciones, el aumento del nivel del mar, la reducción de los campos de hielo, los incendios forestales y las sequías. Sin embargo, el agua puede combatir el cambio climático. La gestión sostenible del agua es fundamental para desarrollar la resiliencia de las sociedades y los ecosistemas y reducir las emisiones de carbono. Todos tienen un papel que desempeñar: las acciones a nivel individual y familiar son vitales.
     
El problema explicado

El agua y el cambio climático están inextricablemente vinculados. Los fenómenos meteorológicos extremos están haciendo que el agua sea más escasa, más impredecible, más contaminada o las tres cosas. Estos impactos a lo largo del ciclo del agua amenazan el desarrollo sostenible, la biodiversidad y el acceso de las personas al agua y al saneamiento. 

Las inundaciones y el aumento del nivel del mar pueden contaminar la tierra y los recursos hídricos con agua salada o materia fecal y causar daños a la infraestructura de agua y saneamiento, como puntos de agua, pozos, retretes e instalaciones de tratamiento de aguas residuales. 

Los glaciares, los casquetes polares y los campos nevados están desapareciendo rápidamente. El agua de deshielo alimenta muchos de los grandes sistemas fluviales. La volatilidad en la criosfera puede afectar la regulación de los recursos de agua dulce para un gran número de personas en las zonas de tierras bajas.

Las sequías y los incendios forestales están desestabilizando comunidades y provocando disturbios civiles y migraciones en muchas zonas. La destrucción de la vegetación y la cubierta arbórea exacerba la erosión del suelo y reduce la recarga de aguas subterráneas, lo que aumenta la escasez de agua y la inseguridad alimentaria.

La creciente demanda de agua aumenta la necesidad de bombeo , transporte y tratamiento de agua que requieren un uso intensivo de energía, y ha contribuido a la degradación de sumideros de carbono críticos que dependen del agua, como las turberas. La agricultura que utiliza mucha agua para la producción de alimentos, en particular carne, y para cultivos utilizados como biocombustibles, puede exacerbar aún más la escasez de agua.

El camino a seguir

Los responsables de las políticas climáticas deben poner el agua en el centro de sus planes de acción . La gestión sostenible del agua ayuda a la sociedad a adaptarse al cambio climático generando resiliencia, protegiendo la salud y salvando vidas. También mitiga el cambio climático al proteger los ecosistemas y reducir las emisiones de carbono provenientes del transporte y tratamiento del agua y el saneamiento.

Los políticos deben cooperar más allá de las fronteras nacionales para equilibrar las necesidades de agua de las comunidades, la industria, la agricultura y los ecosistemas.

Se necesitará financiación innovadora para la gestión de los recursos hídricos para ayudar a atraer inversiones, crear empleos y apoyar a los gobiernos en el cumplimiento de sus objetivos hídricos y climáticos.

Las soluciones hídricas sostenibles, asequibles y escalables incluyen:

Mejorar el almacenamiento de carbono. Las turberas almacenan al menos el doble de carbono que todos los bosques de la Tierra. Los suelos de manglares pueden secuestrar hasta tres o cuatro veces más carbono que los suelos terrestres. Proteger y ampliar este tipo de entornos puede tener un impacto importante en el cambio climático.

Protección de las zonas de amortiguamiento naturales. Los manglares y humedales costeros son barreras naturales efectivas y económicas contra las inundaciones, los fenómenos climáticos extremos y la erosión, ya que la vegetación ayuda a regular el flujo de agua y une el suelo en llanuras aluviales, riberas de ríos y costas.

Cosecha de agua de lluvia. La captura de agua de lluvia es particularmente útil en regiones con una distribución desigual de las precipitaciones para aumentar la resiliencia ante las crisis y garantizar el suministro durante los períodos secos. Las técnicas incluyen captura en tejados para uso a pequeña escala y represas de superficie para frenar la escorrentía y reducir la erosión del suelo y aumentar la recarga de los acuíferos.

Adoptar una agricultura climáticamente inteligente. Usar técnicas de conservación para mejorar la materia orgánica para aumentar la retención de humedad del suelo; riego por goteo; reducir las pérdidas poscosecha y el desperdicio de alimentos; y, transformar residuos en fuente de nutrientes o biocombustibles/biogás.

Reutilización de aguas residuales. Los recursos hídricos no convencionales, como las aguas residuales tratadas reguladas, pueden utilizarse para riego y con fines industriales y municipales. Las aguas residuales gestionadas de forma segura son una fuente asequible y sostenible de agua, energía, nutrientes y otros materiales recuperables.

Aprovechamiento de las aguas subterráneas. En muchos lugares, el agua subterránea se utiliza en exceso y está contaminada; en otros lugares es una cantidad desconocida. Explorar, proteger y utilizar de forma sostenible las aguas subterráneas es fundamental para adaptarse al cambio climático y satisfacer las necesidades de una población en crecimiento.

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¿CUÁL ES EL ORIGEN DEL DÍA MUNDIAL DEL AGUA?

El nacimiento del Día Mundial del Agua se remonta a 1992, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) recomendó su creación durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en Río de Janeiro, también conocida como Cumbre de la Tierra, en Brasil. 

Líderes gubernamentales, oenegés y actores de la sociedad civil participaron en esta reunión internacional, que tenía como objetivo abordar el desafío de lograr un desarrollo económico sostenible que considere la conservación medioambiental. En esta misma conferencia, además de la propuesta del Día Mundial del Agua, nació también la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y la Declaración de Río.

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