¿Sabías que la independencia de Argentina fue reconocida antes por algunos países europeos que por España?

Suecia y el Reino Unido fueron de los primeros países en reconocer la independencia de Argentina en 1825, mucho antes que España, que no lo hizo oficialmente hasta 1863. Este reconocimiento temprano fue crucial para el comercio y las relaciones diplomáticas con Europa.

ACTUALIDAD - CULTURA14/10/2024Neuquén NoticiasNeuquén Noticias
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Declaración de la independencia

Aunque Argentina declaró su independencia de España el 9 de julio de 1816, el reconocimiento internacional de su soberanía no fue inmediato. Curiosamente, algunos países europeos, como Suecia y el Reino Unido, reconocieron la independencia argentina mucho antes que España, que no lo hizo hasta 1863, casi medio siglo después.

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Este temprano reconocimiento por parte de potencias europeas fue crucial para establecer relaciones diplomáticas, comerciales y estratégicas, ayudando a consolidar la presencia de Argentina en el escenario internacional.

La declaración de independencia y el contexto regional

En el contexto de las Guerras de Independencia hispanoamericanas, la Declaración de la Independencia de Argentina en 1816 fue un paso fundamental para separarse formalmente del dominio español. Sin embargo, a pesar de que las Provincias Unidas del Río de la Plata —nombre oficial del país en ese momento— proclamaron su independencia, la aceptación internacional de esa condición no fue automática ni uniforme.

Los conflictos internos, las guerras civiles y la oposición de los realistas (partidarios de la monarquía española) complicaron el reconocimiento por parte de España y otros países.

En ese entonces, España aún mantenía la esperanza de recuperar sus antiguas colonias americanas y se resistía a reconocer oficialmente la independencia de las nuevas naciones emergentes. Esta postura retrasó cualquier posibilidad de diálogo o reconocimiento formal, lo que dejaba a Argentina en una situación de aislamiento diplomático respecto a su antigua metrópoli. Sin embargo, mientras España luchaba por mantener su imperio, algunas potencias europeas vieron en la independencia de Argentina una oportunidad estratégica y comercial.

El reconocimiento temprano por Suecia y el Reino Unido en 1825

Uno de los primeros países en reconocer oficialmente la independencia de Argentina fue Suecia, que lo hizo en 1825. Aunque Suecia no era una potencia de primer orden en el escenario mundial, su reconocimiento fue simbólico y abrió la puerta a nuevas relaciones diplomáticas con otros países nórdicos. Este gesto fue significativo para Argentina, que buscaba consolidar su posición internacional y atraer inversores y comerciantes europeos a sus puertos.

Ese mismo año, otro reconocimiento clave vino de una de las potencias más influyentes de la época: el Reino Unido. La Gran Bretaña, que ya había comenzado a establecer relaciones comerciales con las Provincias Unidas mucho antes del reconocimiento formal, decidió dar este paso crucial en febrero de 1825. Este reconocimiento no solo fue diplomático, sino que también implicó la firma de un tratado de comercio y navegación que permitió un flujo más dinámico de bienes y servicios entre ambos países, consolidando a Buenos Aires como un puerto clave en el comercio atlántico.

El Reino Unido tenía intereses económicos y geopolíticos en América del Sur y vio en las jóvenes repúblicas independientes una oportunidad para expandir su influencia comercial, reemplazando a España como el principal socio económico de las regiones que se independizaban. A través de este tratado, los británicos obtuvieron ventajas comerciales, como la eliminación de restricciones arancelarias y la garantía de trato preferencial para sus productos, lo que cimentó su influencia en la región por décadas.

La importancia del reconocimiento internacional

El temprano reconocimiento por parte de estos países europeos fue crucial para Argentina, ya que permitió el acceso a mercados y créditos internacionales, elementos esenciales para una nación en formación. En la primera mitad del siglo XIX, el comercio exterior era la principal fuente de ingresos para el país, y tener relaciones diplomáticas con potencias europeas facilitó el desarrollo económico y la integración en el comercio global.

Además, el reconocimiento del Reino Unido, una potencia naval y económica mundial, también disuadió posibles intentos de intervención por parte de España o de otras potencias europeas que podrían haber tratado de reconquistar el territorio argentino. Con la protección implícita del Reino Unido, Argentina ganó estabilidad internacional en un momento en que la guerra y las tensiones internas dominaban el escenario político local.

El reconocimiento de Suecia y el Reino Unido marcó un hito en la legitimación internacional de la independencia argentina. Estos países no solo vieron en Argentina un nuevo socio comercial, sino también un actor estratégico en el Atlántico Sur. La apertura del comercio con Europa permitió la importación de bienes manufacturados y tecnología, mientras que Argentina exportaba productos agrícolas y ganaderos, como cueros, carne y lana, consolidándose como un proveedor clave para el mercado europeo.

El largo retraso del reconocimiento por parte de España

 En contraste con este reconocimiento temprano de países como Suecia y el Reino Unido, España tardó más de 40 años en reconocer oficialmente la independencia de Argentina. Durante este periodo, las tensiones entre ambos países fueron frecuentes, y la situación se complicaba por la resistencia de las autoridades españolas a aceptar la pérdida de sus antiguas colonias. Para España, la independencia de sus territorios en América del Sur fue un duro golpe que significaba la desintegración de un imperio que había durado tres siglos.

Finalmente, en 1863, en el contexto de un siglo XIX marcado por cambios políticos tanto en Europa como en América, España reconoció oficialmente la independencia de Argentina. Para ese momento, las jóvenes naciones latinoamericanas ya habían consolidado su soberanía y su lugar en el mundo, mientras que España había perdido la mayor parte de su imperio.

Un legado de relaciones internacionales

El reconocimiento temprano de la independencia argentina por parte de Suecia y el Reino Unido sentó las bases para una relación diplomática y comercial fluida con Europa, y permitió a Argentina insertarse en el escenario internacional mucho antes de obtener el reconocimiento formal de su antigua metrópoli. Estas relaciones fueron fundamentales para el desarrollo económico del país y para la estabilidad de su independencia.

Hoy, este episodio de la historia argentina es un recordatorio de la importancia de las relaciones internacionales y de cómo el reconocimiento de otras naciones puede ser clave en los primeros años de una nación soberana. Lo que comenzó como una lucha por la independencia interna pronto se convirtió en una búsqueda de legitimidad y de integración en el escenario global, un proceso en el cual potencias como el Reino Unido jugaron un papel crucial.

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