
La polarización como negocio: del espejo de Ezra Klein a la grieta argentina
En estos tiempos, donde cada palabra parece un arma y cada idea una bandera, resulta inevitable mirar la grieta no solo como un fenómeno político, sino como una maquinaria que se alimenta del conflicto. La polarización ya no es un accidente del sistema: es el sistema mismo. Y mientras nos creemos protagonistas de una disputa ideológica, terminamos siendo clientes de un mercado emocional que alguien factura con precisión matemática.