
En una carta pública, Darío Martínez renunció a la presidencia del PJ neuquino y se bajó de toda candidatura nacional. Lo hizo en nombre de la unidad frente al gobierno de Javier Milei. Pero detrás del gesto, quedan a la vista las cuentas pendientes del peronismo en Neuquén: escasa vida interna, falta de renovación y un liderazgo que no logró construir una base política sólida a pesar de haber pasado por cargos importantes.